Ads
Anthony Albanese debería priorizar escuchar a los jóvenes en lugar de prohibirles el uso de las redes sociales.
Como miembro de la Generación Z, las redes sociales han impactado significativamente mi existencia de diversas maneras. Nací en Australia justo 10 meses antes de que se introdujera Facebook, y he experimentado cada momento de mi vida, desde mis primeros pasos, en la página de Facebook de mi madre. Nunca he conocido un mundo que esté desprovisto de redes sociales. Es fundamental instruir a los niños sobre cómo convivir con las redes sociales, en lugar de prohibirles su uso.
El gobierno de Albanese recientemente propuso una legislación “líder en el mundo” que prohibiría a los menores de 16 años utilizar todas las plataformas de redes sociales, incluyendo plataformas como TikTok y Roblox. Estas plataformas son una fuente crucial de conexión tan necesaria en la era actual. Los adolescentes no son los únicos que se despiden de los mensajes directos de Instagram o de las secuencias de Snapchat como resultado de esta medida paternalista, que se implementó sin consulta a las personas afectadas.
Según una investigación realizada por la Universidad de Western Sydney, las redes sociales son la principal fuente de noticias para más de seis de cada diez adolescentes (63%) y cuatro de cada diez niños (37%). Esto enfatiza la importancia de estas plataformas para educar a los jóvenes sobre el mundo en el que viven y cultivar una convicción que los empodere para influir en su futuro.
Sin embargo, las empresas de redes sociales están obligadas a promover contenido respetuoso y no tóxico, una responsabilidad que a menudo descuidan. Aunque las redes sociales tienen sus limitaciones en cuanto a la capacidad de participar en discusiones matizadas sobre asuntos políticos complejos, no es una razón válida para prohibir a los menores el uso de estas plataformas. Más bien, es una oportunidad para cultivar una habilidad vital y brindarles una educación adecuada a su edad sobre la importancia de convivir de manera respetuosa y saludable.
El gobierno también tiene la intención de establecer un “deber de cuidado digital”, que impondrá a las empresas de redes sociales la responsabilidad de salvaguardar la salud mental de sus usuarios. Esta iniciativa es apoyada entusiastamente por todas las partes interesadas que están insatisfechas con la forma en que las empresas están descuidando estas obligaciones.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que este es el mismo gobierno que recientemente rechazó la iniciativa de los jóvenes de incorporar un deber de cuidado climático en la ley federal. Esta iniciativa estaba diseñada para salvaguardar la salud física y mental de la juventud australiana en el contexto de la crisis climática. Es un testimonio de la disposición del gobierno de salvaguardar a los jóvenes y de su impulso por una victoria rápida.
Anthony Albanese afirmó que ha participado en discusiones con “miles” de padres y otros adultos sobre la restricción de edad en las redes sociales. Sin embargo, ¿dónde estuvo la participación de los jóvenes, los grupos directamente afectados? Es intolerable establecer políticas que afecten a los jóvenes sin su participación. El talento, la pasión y el deseo de los jóvenes son suficientes para influir en su futuro. Es imperativo que el gobierno les brinde la asistencia necesaria para lograrlo.
Las redes sociales se están convirtiendo en una plataforma más predominante para el activismo estudiantil, permitiendo a los adolescentes involucrarse con personas que comparten sus intereses, educarse sobre temas globales y movilizarse para un cambio positivo.
He sido testigo de la capacidad de las redes sociales para influir en los jóvenes y generar cambios en mi papel como activista juvenil. En mi trabajo sobre la medida del deber de cuidado, las redes sociales sirven como nuestra herramienta principal para la comunicación y la educación. Producimos y distribuimos contenido educativo que es adecuado para la edad y está destinado a motivar a los jóvenes a asumir la responsabilidad de sus futuros a través de nuestras cuentas de Instagram y TikTok. Nuestro público se involucra eficazmente con estos breves y fácilmente consumibles fragmentos de sonido, que les proporcionan información sobre temas que les impactan directamente y les brindan la oportunidad de actuar para un cambio positivo.
La obligación de ejercer cuidado Las plataformas de redes sociales ofrecen un entorno seguro para que los jóvenes que comparten valores similares se unan y promuevan un futuro más equitativo y seguro tanto para el presente como para el futuro.
El activismo estudiantil es esencial en cualquier democracia, especialmente porque es uno de los pocos canales a través de los cuales las personas menores de 18 años pueden efectuar cambios. Al restringir su capacidad para participar en el discurso político y el activismo en línea, se limitan efectivamente sus puntos de vista y expresiones.
No solo una prohibición aislará a una generación que está experimentando un aumento en la soledad, sino que también socavará su agencia personal y política, restringiendo así su capacidad de adquirir habilidades futuras esenciales.
Por lo general, se manipula una solución de alguna forma, ya que prohibir a los jóvenes participar en cualquier actividad ha demostrado ser ineficaz. Más bien, deberíamos interactuar con las personas que más conocen sobre este tema: los jóvenes. Colaboremos para establecer una plataforma que permita a individuos de todas las edades y etapas involucrarse de manera segura y respetuosa, fomentando su desarrollo mutuo tanto para el presente como para el futuro.